Nutrientes que necesitas para ser feliz (parte I)

Es posible que en tu alimentación este faltando algo, sobre todo si te sientes cansado, nervioso, estresado o triste, por ello debes tener cuidado con lo que consumes y de la forma que lo haces. Debes saber que la comida que comes a diario influye en tu humor y los niveles de estrés, siendo las mujeres, en este caso, más propensas a sufrir de ansiedad y depresión, además de las alteraciones constantes por los cambios hormonales. En este post te diremos cuáles son esos nutrientes que necesitas para ser feliz y sentirte bien.

Lo primero que debes saber es que para nuestro bienestar es vital una dieta variada y equilibrada, sin excesos de grasas y azúcares, que, acompañados de una actividad física y 8 horas de sueño diario, ayudará a sentirte activo, relajado y de buen humor.

En este sentido, podemos indicar que la carencia de Omega 3 en nuestro organismo da paso a la depresión, esquizofrenia y está relacionada con el Alzheimer, ya que estos ácidos grasos esenciales mejoran el desarrollo cognitivo que contrarrestan los procesos de degeneración celular. Por lo que debemos consumir aguacate, nueces, semillas de lino, de chía, el pescado azul, etc.

Por su parte, las vitaminas del grupo B ayudan con la formación de glóbulos rojos y son esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso. En algunos estudios se relaciona su ausencia con depresión en el adulto mayor. Estas vitaminas del grupo B están presentes en el pescado, carnes rojas, lácteos, cereales, nueces y legumbres.

El berro, las espinacas, la lechuga, los frutos secos, los cereales, los cítricos, nos aportan ácido fólico que nos ayuda con la buena salud mental. El consumir zinc también nos ayuda a eliminar el cansancio y el mal humor, fortaleciendo el sistema inmune y mejorando la función de los neurotransmisores cerebrales.  Los huevos, el chocolate negro, el germen de trigo tostado, el pescado y las ostras aportan mucho zinc al organismo.

Un mineral como el magnesio es importante para el metabolismo, los músculos y el funcionamiento del cerebro. Su ausencia puede generar debilidad, cansancio, problemas musculares, baja presión, estrés y ansiedad.

LEER INFORMACIÓN ADICIONAL EN LA SEGUNDA PARTE DE ESTE ARTÍCULO

Esther R.

 


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